domingo, 29 de noviembre de 2020

A mi transportista de cuerpos rotos

Ojalá vivir en un mundo

Donde no hiciera falta atender,

Aunque nuestro corazón no sabría que hacer


Donde no hicieran falta batas blancas,

Ni carreras por los pasillos por cuidar,

Un mundo en el que vivir todos en armonía y feliz.


Donde las sillas no tengan que ser desinfectadas. 

Las horas de trabajo sean más amenas

Y los ascensores viajen solos.


Porque  un abrazo, me distrae

Y una visita me alegra.


Gracias 

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