Disculpa por confiar en ti, por desarrollar mi paciencia en tantas noches de larga espera, por no perder los papeles cuando debía, por todos esos detalles a altas horas que nunca sirvieron para nada...
Discúlpame por eso y más.
No te pido perdón a ti, sino a mi misma, pero lo agradezco.
Agradezco toda la paciencia que tengo ahora, los recuerdos amargos para compararlos con los bello, agradezco el saber estar sin chillarle a nadie aunque esté de los nervios, agradezco el respeto que me tengo y que tengo a la gente que me rodea.
Estoy orgullosa de que aparecieras para ser la mujer que soy hoy.
De lo único que me arrepiento es de no confiar y la frialdad se queda.... Pero con quien la merece, por eso conmigo, no hay segundas oportunidades.
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